Nos, por la
Gracia de Dios Comendador Mayor de la Orden del Monte Gaudio, nos hallamos
presente en el Castillo de Alhambra, que llamose por los moros la roja, dentro
del Reyno de Aragón, acogiendo por Pascua, como es costumbre en el lugar, del
día del entierro del Señor Nuestro Iesus Christus, a los villanos de la Villa
de Alhambra, que fieles a sus Fueros, vienen a cumplir la presura de ofrecer el
homenaje a su señor el Comendador Mayor, en Subida a la Encomienda.
Así
dictamos, de acuerdo mutuo con el Concejo de la Villa, que dicha presura
consistirá, en lo venidero, de traer la llama que prenda los tederos, una noche
al año, en la punta de sus hachones, con la compaña de sonoros atabales, para
que sea vista y escuchada en el contorno, la forma de barco que fue del castillo
de Alhambra, a todo lo largo del terreno en que se citan sus posesiones: desde
los llanos de Perales hasta la que llaman Escorihuela, pasando cerca del lugar
de Orrios; de allí al Alto del Castel Frío; deste a lo que alcance abajo del
río hasta Peralejos o más; d’aquí hacia la Peña de la Palomera por arriba de la
Ermita conocida por Santa Ana, para terminar junto los llanos de Camañas.
A cambio,
Nos, Comendador Mayor de la Orden del Monte Gaudio, otorgaremos la Gracia a la
Villa de Alhambra, por todo el año, con que Dios Nuestro Señor tenga a bien
conceder.
Así lo
rubrico y firman todos los presentes, con un “viva”, en el año del Señor del
Segundo Milenio y cinco más del Nacimiento de Iesus Christus Dominum Nostris.
¡VIVA ALFAMBRA!
¡VIVA!
Juan José Barragán
Comendador Mayor de la Orden de Monte Gaudio
I Subida a la Encomienda, Alfambra, 2005
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